Papá, mamá...soy.... ¿gay?...¿otra vez?

Bueno, cada cabeza es un mundo y cada familia un universo paralelo. Hace como 2 años, especificamente el domingo 29 de febrero del año 2004, me encotraba yo un poquillo deprimido y con la esperanza de que algo cambiaría en mi vida decidí decirle a mis padres sobre mi preferencia sexual.

Yo esperaba que hubiera dos posibles escenarios:

Uno, que mis padres me dijeran cosas feas y me corrieran de la casa; ambos vienen de provincia, de familias muy grandes y tradicionales donde es casi una maldición encontrar a alguien de preferencia dstinta a la heterosexual.
Dos, que me aceptaran y me brindaran su cariño; sueño bastante guajiro pero se vale soñar.

Cualquiera de los dos caminos me parecía mejor que continuar en la depresión que estaba, además de que prefería que me quisieran por lo que soy, no por lo que creen que soy.
Y armado de mis principios me aventé a decirles.

Ya saben, lo clásico: llega el hijo y dice "papá, mamá tengo algo muy importante que contarles" y los padres se ponen dispuestos a escuchar y sobre todo sorprendidos porque el hijo (yo) no tiene la costumbre de hablar con sus papás sobre ningún tema.
Total que les solte la sopa, dije "soy gay, me gustan los hombres". Hoy día se me hace extraño haber dicho "gay" porque no siempre me siento muy identificado con el movimiento, pero quería que mis padres se olvidaran de toda posibilidad de que me casara o tuviera hijos, dado que si les decía que las mujeres me gustaban un poquito no me dejarían de molestar con el asunto.

Después del golpe les dije que los quería mucho y que esperaba que me comprendieran. Mi madre empezó a llorar, balbueando que no podía ser posible, preguntando que me había pasado, porque les decía eso, imagiandose la pena cuando se entere la familia, etc.
Mi padre se quedó muy callado, dijo muy poco; preguntó una que otra cosa, pero no muy agitado ni llorando pero si bastante angustiado. Traté de dialogar un poco con ellos, pero como que no tenían muchas ganas de dialogar así que me salí de su cuarto y les dí unas revistas que hablaban sobre el tema por si las querían leer.

Después de un rato, fueron a mi cuarto por separado; mi mamá me soltó el rollo religioso que se sabía y me dijo que estaba decepcionada de mí, que yo estaba mal, que como pude hacerle eso y demás insultos que ella creyó me harían cambiar. Mi padre fue más tarde y me dijo que no me metiera en esas cosas porque no iba a sacar nada bueno y que fueramos a un psicologo. Yo acepté lo del psicologo porque tenía muy claro que los haría reflexionar a ellos.

Total, pasaron varios días: mi mamá estuvo llorando los dos días, recientemente le habían diagnosticado diabetes y pues se le subió el azucar; a mi padre casi le da un infarto.

Después de una semana mis padres y yo fuimos al mentado psicologo. Hable 30 minutos con él. Mi esperanza se fue la catre cunado después de esos 30 minutos el tarado este salió y le dijo a mis padres que yo no era gay que todavía tenía salvación.... ¿"salvación"? ...los siguientes meses fueron un intento por su parte de corregirme, transformarme, curarme que la verdad no sé porque lo aguante tanto, aunque realmente nunca hice lo que me pedía, yo sabía que me gustaban los hombres y que no había nada malo en ello. Al final se dió cuenta de que sí, si era yo gay. Pero ya no les quiso decir a mis papás porque estaban "delicados de salud".

A dos años de estos acontecimientos, sigo siendo gay y no sé si mis papás lo saben.Y quiero resaltar varios puntos que yo considero extraños o poco comunes que se dieron a notar en este capítulo de mi vida.
Primero, el hecho de que mis papás a pesar de su educación conservadora no me corrieron.
Segundo, mi mamá resulto ser quien rechazaba completamente mi prefernecia sexual, mientras que mi padre estaba dispuesto a aceptarme tal cual soy.
Tercero, yo jamás había tenido novio, tampoco novia, y no creo ser muy afeminado, así que sin ninguna clase de experiencia sexual y sin razón evidente por la que pudieran sospechar mi preferencia, me lancé a decirles.

Yo tenía la esperanza de mejorar mi relación con mis padres, y juro que lo intenté. Aguante mucho tiempo esperando a que me aceptaran, pero nunca llegó ese día y ellos seguían empeñados en "curarme". Me harte de esperarlos y la relación entre mis padres y yo fue cayendo a lo de antes, una falta total de comunicación.

Hoy sigue así, una muy mala relación. Y no tengo interés en mejorarla, ya no les tengo confianza, sobre todo a mi madre, y no tengo interés en volver a contarles nada. Y aunque suene extraño, si tuviera que empezar a contarles algo tendría que empezar por repetirles que soy gay... gracias al tarado de mi psicologo, un momento único en la vida voy a tener que repetirlo; que flojera.

No sé como va a marchar la relación con ellos; tengo esperanza de que mejore a largo plazo con mi papá; con mi madre no sé, tal vez siga empeorando.

No me arrepiento de haberles dicho, lo que me encabrona del asunto es que yo quería que las cosas cambiaran. Hace dos años tenía una muy mala relación con ellos, como la de ahora, casi ni nos dirigimos la palabra, y mi principal objetivo al contarles era que mejorara o que ahí terminara todo; no fue así, todo sigue igual gracias al tarado de mi psicologo... pero sobre todo porque yo lo permití.

Les cuento, porque... espero que a alguien le sirva con todo y lo extraño que pueda ser mi caso... que no cometan los mismos errores...